Racionalización de la construcción: el poder descuidado de SMED

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La industria de la construcción a menudo pasa por alto un método poderoso, pero sorprendentemente adaptable, de Lean Manufacturing: el intercambio de matrices en un minuto (SMED). Diseñado originalmente para reducir drásticamente los tiempos de preparación en producción de gran volumen, SMED puede cambiar las reglas del juego para proyectos de construcción, reduciendo el tiempo de inactividad y aumentando la productividad. Este artículo explica qué es SMED, por qué es importante y cómo los profesionales de la construcción pueden aplicarlo a su trabajo.

Por qué es importante una configuración más rápida

En fabricación, “configuración” se refiere al tiempo que lleva cambiar una máquina de producir un producto a otro. En la construcción, esto se traduce en el tiempo perdido entre tareas: esperar materiales, reconfigurar equipos o simplemente reposicionar equipos. Estos retrasos se acumulan, inflan los costos y ralentizan los plazos de los proyectos. SMED tiene como objetivo minimizar estos períodos que no agregan valor, permitiendo a los equipos moverse sin problemas entre operaciones.

La idea central no es necesariamente comprimir cada configuración a un minuto (aunque ese es el objetivo final en algunos casos). En cambio, se trata de reducir los tiempos de preparación a menos de diez minutos: un objetivo de “minutos de un solo dígito”.

Desde boxes de carreras hasta sitios de construcción

El principio queda bien ilustrado por las paradas en boxes de la Fórmula 1. Hace décadas, cambiar neumáticos y repostar repostaba más de un minuto. Hoy en día, las tripulaciones de élite pueden completar la misma tarea en menos de tres segundos. Esto no es magia; es el resultado de una planificación meticulosa, el posicionamiento previo de herramientas y la optimización de cada movimiento. La misma mentalidad se aplica a la construcción.

Los cinco pasos para la implementación de SMED

SMED no es una solución única. Es un proceso sistemático de análisis y mejora. A continuación se explica cómo aplicarlo a la construcción:

  1. Observe el proceso actual: Grabe en video todo el procedimiento de configuración para una tarea que requiere mucho tiempo. Identifique cada paso, desde la recopilación de materiales hasta los ajustes finales.
  2. Separar actividades internas y externas: Distinga entre tareas que deben realizarse mientras el proceso está detenido (internas) y aquellas que se pueden completar antes o durante el tiempo de inactividad (externas). Por ejemplo, la preparación del equipo fuera del sitio es externa; El ajuste de los soportes en una grúa es interno.
  3. Convertir interno en externo: Este es el paso clave. ¿Cómo se pueden hacer que las tareas dejen de depender del tiempo de inactividad y se completen por adelantado? La prefabricación, el preensamblaje de componentes o la colocación estratégica de materiales pueden ser de ayuda.
  4. Simplifique los pasos internos restantes: Una vez que haya externalizado tanto como sea posible, concéntrese en simplificar las tareas internas restantes. Elimine movimientos innecesarios, estandarice procedimientos y optimice los flujos de trabajo.
  5. Capacitación y refinamiento continuos: SMED no es una solución única. Los equipos necesitan capacitación para ejecutar nuevos procedimientos de manera efectiva, y los procesos deben perfeccionarse continuamente en función de la retroalimentación y los datos de desempeño.

Un ejemplo del mundo real: instalación de servicios públicos subterráneos

Un proyecto en Manchester, Reino Unido, aplicó SMED para agilizar la instalación de cámaras de servicios subterráneas. Al reconfigurar los diseños del sitio, posicionar previamente los materiales y modificar los equipos (como los camiones HIAB), el equipo aumentó la productividad en un 167 %, de 1,5 cámaras instaladas en dos días a dos por día. Esta no fue una reforma compleja; fue una serie de mejoras pequeñas y enfocadas.

Por qué se pasa por alto SMED en la construcción

A pesar de su potencial, SMED sigue estando infrautilizado en la construcción. Esto puede deberse a que a menudo se percibe como una técnica de fabricación. Sin embargo, los principios subyacentes (reducir el desperdicio, optimizar los flujos de trabajo y minimizar el tiempo de inactividad) son universales.

El resultado final

SMED es un método poderoso, aunque a menudo pasado por alto, para mejorar la eficiencia en la construcción. Al analizar sistemáticamente los procesos de configuración y convertir las tareas internas en externas, los equipos pueden reducir significativamente el tiempo de inactividad, aumentar la productividad y reducir los costos. La clave es reconocer las oportunidades y aplicar los principios con disciplina y mejora continua.

La industria necesita más historias de éxito de SMED para demostrar su valor. La pregunta no es si SMED puede funcionar en la construcción, sino por qué no lo están utilizando más equipos.