Durante décadas, la construcción y el diseño han estado plagados de ineficiencias, retrasos y falta de comunicación. En 2004, Sutter Health encargó a Lean Project Consulting la identificación de principios clave para remodelar proyectos de capital. El resultado fueron “Cinco grandes ideas”, un marco que desde entonces inspiró la Forma Integrada de Acuerdo (IFOA) y revolucionó la forma en que los equipos abordan el diseño y la construcción. Estas ideas no son sólo teóricas; son cambios prácticos de mentalidad que impulsan la colaboración, optimizan los procesos y garantizan resultados predecibles.
1. Colaborar: más allá de las palabras de moda hacia una alineación real
La colaboración no es sólo un término de moda; es la base de la ejecución eficaz de un proyecto. Los enfoques tradicionales suelen aislar a los expertos debido a barreras contractuales u organizativas. La colaboración real derriba estos muros, fomentando el intercambio de conocimientos y la creación de consenso a través de conversaciones iterativas. Esto minimiza los riesgos, reduce el retrabajo y acelera el progreso. La clave es alinear los intereses comerciales y organizacionales con los objetivos del proyecto. Cuando todos se benefician del éxito, la colaboración se vuelve natural.
2. Optimice el todo, no sólo las partes
La suposición de que la optimización de componentes individuales optimiza automáticamente todo el proyecto es errónea. Los sistemas complejos requieren un enfoque holístico. Centrarse únicamente en la optimización local puede generar consecuencias no deseadas, interrumpir los flujos de trabajo y reducir la confiabilidad general. En su lugar, priorice los procesos que revelen las conexiones e interdependencias entre los componentes. Al optimizar el conjunto, los equipos pueden identificar y abordar los cuellos de botella antes de que descarrilen el proyecto.
3. Aprender y actuar: el poder de la mejora continua
Muchos proyectos comienzan desde cero y no aprovechan las lecciones de experiencias pasadas. Lean enfatiza el aprendizaje continuo como un motor crítico de mejora. Al analizar cuidadosamente los proyectos, los equipos pueden identificar desviaciones entre los resultados planificados y reales, revelando oportunidades de corrección. Los indicadores clave de rendimiento (KPI), como el porcentaje planificado y completado (PPC), las tasas de productividad y el rendimiento financiero, proporcionan datos concretos para realizar un seguimiento del progreso e identificar averías. Herramientas simples como “plus-delta”, que preguntan “¿Qué funcionó bien?” y “¿Qué necesita mejorar?” – puede fomentar una cultura de aprendizaje continuo.
4. Proyectos como redes de compromisos confiables
La previsibilidad es esencial en la construcción. Para garantizar que el trabajo fluya sin problemas entre los oficios, los compromisos deben gestionarse activamente. El método de Fernando Flores para hacer y mantener promesas confiables proporciona un marco para esto. Una promesa confiable tiene tres posibles respuestas: “Sí, puedo hacerlo”, “No, no puedo hacerlo” o “Sí, puedo hacerlo si… ”. La capacidad de decir “no” es crucial; sin él, los compromisos se vuelven poco confiables. Cuando un trabajador responde “Sí, si…”, revela interdependencias ocultas que deben abordarse. La publicación de un trabajo confiable requiere una secuencia clara, un dimensionamiento y condiciones de satisfacción definidas.
5. Aumentar la relación: generar confianza para lograr el máximo rendimiento
La confianza es la base de la colaboración, la mejora y los compromisos confiables. Sin un nivel suficiente de relación, la productividad se resiente. Con demasiada frecuencia, los equipos comienzan como extraños, carentes de comprensión y respeto, lo que genera desconfianza y conflicto. Cuanto más rápido se transforme un grupo en un equipo cohesionado, mejor será el resultado del proyecto. Este proceso no es automático; requiere un esfuerzo deliberado. Los líderes deben ayudar a los miembros del equipo a conocerse entre sí, alinear las ambiciones personales con los objetivos del proyecto y reconocer los logros pasados. Crear una atmósfera donde los puntos de vista alternativos sean bienvenidos y las promesas sean objeto de seguimiento público fomenta la confianza y la rendición de cuentas.
Estas cinco ideas no son sólo conceptos teóricos; son cambios prácticos de mentalidad que impulsan la colaboración, optimizan los procesos y garantizan resultados predecibles. Al adoptar estos principios, los equipos pueden transformar la forma en que abordan el diseño y la construcción, entregando proyectos a tiempo, dentro del presupuesto y con una calidad excepcional.
